11 de marzo de 2016

Veritas Veritatis

"...Veritas desiderit ambulare nuda et mendacium invenit culpa cum peccati nomine ad tutum se recipere"


Desde el fondo de sus infiernos mi alma grita
grita, pero nadie escucha:

Y es que afuera no es la Verdad quien libre manda,
hace ya tiempo la condenaron.
Es la mentira con soberbia quien gobierna el cielo,
con su traje de arrogancia,
invadiéndolo todo
de humeante intolerancia,
de dioses justicieros,
culpas
e intimidantes palabras.

Mi alma
prefiere quedarse triste,
impotente
y demasiado cansada
en el fondo de sus infiernos,
huyendo de quien inquisidoramente, en nombre de algún dios, tortura,
tergiversando palabras.

Allí puede, en paz, caminar desnuda
respirar, amar,
y  gritar a los cuatro vientos,
aquello que la mentira calla.
Rosalinda Laya

25 de septiembre de 2010

En Ningún Lugar

Aquí estoy.

En este lugar, donde me encuentro,
Susurran ruidosamente
Aquellos Recuerdos.

¿Imposibles?

No, no pudieron ser olvidados.
El engañoso tiempo quiere hablar,
yo no lo escucho.

ÉL dirá:
Aquí,
Ahora…
Y tendré que responderle:
En ningún lugar
Siempre...


Rosalinda Laya

21 de agosto de 2010

De cuando yo fuí silencio

Detrás de estas paredes, que se adueñarán por más de una vida de mi alma, no puedo gritar.

sabía lo que te esperaba
y no hice nada... nada...

Y detrás de estas paredes... sigo... los gritos las corroyeron, fabricando rostros de mis inútiles oraciones... y ¿estaba mal?... estuvo mal que me quedara en silencio...

Deja por favor que ahora grite,
esta vida me permite hacerlo

¡déjame!
¡lo necesito!

¡déjame orar a rostros!
¡déjame!
¡son mis gritos!

5 de agosto de 2010

La Lamparita de Kerosene



De pronto se oscureció el cielo y la lluvia tristemente empezó a caer, golpeando el techo y resbalando por los vidrios. Las hojas de los árboles brillaban con una extraña luz que parecía salir de su interior. Las retorcidas ramas se estiraban y bailaban en respuesta a las caricias del insistente viento. Sombras y sonidos invadían el aire, el frío se posesionaba de todo cuanto encontraba. Su mano toco mi cuerpo e hizo que me estremeciera. Levanté la mirada, la luz de la pequeña lámpara de kerosene rompía la penumbra. En esa pequeña llamita se concentraba todo el calor que existía en la habitación. Cerré los ojos, y por un instante escuche el sonido del mar, que poco a poco aumentaba, haciéndose lo único audible. Sentí que podía tocarlo, la arena húmeda cedía bajo mis pies. El mar bravío y oscuro, tenebroso, resultaba imponente. Sin embargo, las olas revoltosas, como pequeñas niñas, golpeaban las rocas esculpiendo sueños, sin poder alejarse nunca de su amado, el mar.

A lo lejos, una silueta masculina parecía distraída, mirando el horizonte. Pero el clima se hizo inclemente. La niebla espesa y decidí sentarme a escuchar, escribiendo con el dedo sobre la arena. Habían grillos, ranas, las gotas golpeaban la ventana. En el techo, una gotera mojaba el papel en el cual escribía. Algo desconocido, me hizo regresar, levantarme de nuevo y continuar caminando.

Ahora era una luz lejana, tenue, la que guiaba mis pasos. Caminé por horas, el suelo se hacía cada vez más firme, la luz menos tenue. Seguí caminando, y a mi paso aparecían árboles de hojas brillantes y ramas retorcidas. Vi el contorno de una cabaña, el agua corría por los vidrios de las ventanas. En su interior, reconocí al hombre que había visto mirando el horizonte, estaba reclinado sentado escribiendo, iluminado sólo por una lámpara de kerosene. La puerta estaba abierta, entré, puse mi mano sobre su hombro y sentí como su cuerpo se estremecía.
El espacio se llenó de una luz tibia, de naturaleza casi mágica. El miedo por fin cedió. Ya no estaba mojada, el frío no calaba mis huesos. Las gotas curiosas se pegaban a los vidrios y la gotera cantaba… la lamparita de kerosene fue apagada, ya no era necesaria.

Rosalinda Laya. 27/08/2004

30 de julio de 2010

¿Quién le puso piel al alma?


...y es que duele,
tu presencia...

Encierra
aquel suspiro suspendido en el aire eterno
de una verdad
silenciada
¿recordada?
¿soñada?
...amada.

Una caricia que plena y sin tiempo
grita
buscando espacios imposibles
en un mar de palabras...
¡y es que las palabras no existen!

¿quién cometió el error?
¿quién le puso piel al alma?

12 de julio de 2010

Sin Reflejos

A veces...
nos es posible matar los reflejos.

A veces...
sólo nos construimos una absurda realidad a través del reflejo de nosotros mismos en ella.

Posiblemente siempre miramos sólo lo que queremos ver,

... cuando son los reflejos ruidosos del miedo quienes hablan... escucharemos como respuesta, una simple reverberancia...

... Sin reflejos...
el sonido...
viaja,
sueña,
ama.

11 de junio de 2008

Esperanza
















La mujer se sentó a ver el mar... de tarde, casi de noche, sóla, pero tranquila... y sólo una palabra vino a su mente... esperanza...

Luego recogió sus eternos sueños,
aquellos que quedaron medio rotos, por una jugarreta del tiempo...
y los acomodó con cuidado en una cajita...

... sintió la arena bajo sus pies y empezó a caminar sobre una arena limpia, nueva, sin huellas...
... el camino sigue...
...y ella sólo quiere ver lo que le espera adelante...